El Rock corre por sus venas - Neil Young en concierto

1 de julio de 2008

El pasado viernes 27 de junio, aterrizaba en la localidad madrileña de Arganda del Rey, uno de esos pocos dinosaurios que han sobrevivido al paso de los años, Neil Young. Padre del grounge, todo un referente para músicos de hoy y de ayer, maestro entre maestros, pilar fundamental para el rock del siglo XXI y piedra filosofal del verano del amor... nos deja verdadero rock sobre el escenario mundo del festival de Rock in Rio Madrid.

Allí estábamos varios amigos y el menda, con los nervios a flor de piel, deseando ver sobre el escenario tras 24 años sin hacerlos (toda una vida para algunos) al creador de Harvest, On the Beach, Greendale... o tantos tantos discos que han resonado en las paredes de nuestras adolescentes habitaciones, manchadas con poster de Nirvana, The Doors o la lengua de los Rolling.

Nadie conocía el enfoque que daría Neil a su concierto. Algunos apostábamos por una sesión tranquila, acústica y melódica. Otros sin embargo, daban por hecho que sería algo eléctrico, parecido a su época junto a Crazy Horse. Ninguno nos equivocábamos. El chamán Young, fiel a sus principios musicales, sacrifica ritmo en sus canciones para llegar a casi 50.000 personas con una alta carga emotiva, variando su repertorio desde canciones altamente eléctricas a temas acústicos de guitarra y harmónica.

Arropado por Rick Rosas, Chad Cromwell, Ben Keith y Pegi Young (su esposa), el artista canadiense se subía al escenario con pantalón y camisas salpicados por pintura verde que le daban ese toque gruge que tanto profetizó en finales de los 80.

Destacar una perfecta comunión entre Niel y sus guitarras que nos dejaron a muchos boquiabiertos sin saber que sentido expresar. El cuerpo te pedía saltar y levantar la mano, pero un cuerpo petreo por la espectacularidad de sus punteos, dejaban inmóviles los pies que permanecían pegados al suelo.

El artista arrancaba con un grito de "Bienvenidos a Río", y automáticamente sonaba uno de su temas más celebrados, "Cinnamon Girl", para que fuera saboreado por sus espectadores. "Spirit Road", "Mother Earth", "Too far gone", "Get back to the country", o el inconfundible "Hey hey, my my" fueron algunos de los temas elegidos para el set list.

Como colofón, un teléfono rojo que había colocado delante de la batería y bajo la imagen de un jefe indio, conectaba con el mismísimo George Bush al que Neil Young alagó con un "Fuck you, Bush".

NUNCA EN EL ROCK HABRÁ UNA MANO QUE TOQUE LA GUITARRA CON TANTA RABIA.

¡¡Olé Neil!!

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